Todo aquel que me conozca, sabe que ser Hermano de la Resurrección es de las cosas más grandes que tengo en mi vida... y ese orgullo me viene desde pequeñito, porque me cabe la satisfacción de poder decir que la Hermandad de mi familia, la de toda la vida, es la del Señor Resucitado y la de la Virgen de la Aurora...
Aquí se conocieron y casaron mis padres, crecieron mis hermanos y mis primos y yo encontré a mi círculo de amigos al que tanto quiero... Por eso, sólo le pido al Señor de la Resurrección que me de salud muchos años para seguir escribiendo más páginas de ésta bella historia en el libro de mi vida...
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