Los capillitas estamos que echamos humo haciendo cábalas. La
mini JMJ que nuestro querido Arzobispo se ha sacado de la manga (con lo poco
que le gusta a monseñor las cofradías al final va a tener que tragar si o si)
con los Cristos en plena Cuaresma va camino de convertirse en el tema estrella
del 2013 en el orbe cofradiero.
Siempre me he manifestado a favor de las salidas de las
imágenes a la calle… pero siempre dentro de una lógica por supuesto. No me
parece mala la idea, lo mismo que hubiera visto acertado un Santo Entierro
Magno. Asenjo, el que prohibió salir a Torreblanca en Via Crucis, no se le
ocurre otra que conmemorar el Año de la Fe con un Via Crucis en pleno centro de
Sevilla, pero por supuesto, con el top 14 de los Cristos de ésta ciudad.
Son algunas las preguntas que me hago, y que a ver si
alguien me contestara desde la Plaza Virgen de los Reyes (o desde San Gregorio,
que tanto monta o monta tanto):
1. ¿Qué ocurre con los cultos de regla de las
Hermandades que sean elegidas para dicho Via Crucis?
2. Muchos Cristos de los que se suponen que irían,
sin sus misterios respectivos, no son identificados con su estación
correspondiente ¿Qué hacemos entonces cuando veamos – en el hipotético caso de que vayan - consecutivamente al Señor de Redención, al
Soberano Poder y al Señor de la Paz del Carmen?
3. Y aquí viene la mejor de todas: si se reza el
Via Crucis de Juan Pablo II (que contiene 15 estaciones, o mejor dicho 14 + 1),
¿por qué el cierre de dicho acto no es el Señor de la Sagrada Resurrección?
Ante esto, vuelvo a plantearme seriamente a qué se dedica la
Iglesia diocesana de Sevilla. Es decir, vamos a conmemorar el Año de la Fe, y
desde pequeño me enseñaron que el pilar fundamental de esa Fe que profesamos es
la Resurrección de Cristo. Y mira por donde, volvemos a lo de siempre: en
Sevilla se venera más la muerte del Señor que su Resurrección. Lo problemático
de esto es que ya no solo el Consejo de Hermandades y Cofradías demuestra con
sus actos esto, sino que es la propia Iglesia la que lo refrenda.
Y ante esto, ¿qué debemos hacer los Hermanos de la
Resurrección? Cuando el Sábado Santo por la mañana llegue a Santa Marina el
Consejo con el representante episcopal de turno, y éste tome la palabra, ¿con
qué autoridad moral me va a hablar ese señor del misterio de la Resurrección si
ellos mismos, los que predican Su palabra, han derribado ese pilar? Una vez
más, la Hermandad de la Resurrección vuelve a ser pisoteada y ninguneada por la
turba de falsos y judas que visten chaqueta o sotana.
De esto solo saco una lectura positiva: la defensa a
ultranza que mis hermanos de la Resurrección hemos hecho del pilar de la
religión católica. Enorme ha sido la catequesis de fe que hemos realizado. A
buen seguro que el mismo Jesús en el Cielo está orgulloso de sus hijos de Santa
Marina, a la misma vez que se entristece porque en Sevilla aún no se han
enterado que Él ya resucitado…
1 comentario:
He dado con tu blog gracias a un amigo que recomendó leer el artículo por Facebook. 120% de acuerdo contigo. Asenjo no tiene vergüenza y el Consejo aún menos.
Joaquín Caballero Payán
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