Hace escasos quince días se ha clausurado una magnífica
exposición de recuerdos de la Exposición Universal de 1992 en el Círculo
Mercantil. A lo largo de las diferentes piezas de la muestra, he ido sacando de
lo más profundo de mi memoria (contaba entonces con 7 años) recuerdos de un
acontecimiento tan grande que cambió la fisionomía de nuestra ciudad (por
desgracia esos son los únicos cambios sufridos en éstos 20 años).
Viendo los elementos de la exposición, así como todo lo que
giró en torno a ella, se me viene una pregunta a la mente. Para su respuesta,
puede ayudar ésta foto:
En la imagen vemos uniformes de los que los empleados de la
Expo lucieron en esos mágicos seis meses. La pregunta es ¿seríamos capaces hoy
en día de diseñar y lucir cosas como ésta? En aquella ocasión, se potenció
tremendamente algo tan del sur de España como lo es el flamenco, y todo lo que
ello conlleva: trajes de lunares, sombreros,… todo un universo que giraba en
torno a algo que veinte años después mucho consideran atrasado.
La respuesta es clara: NO. Los complejos que asolan a
nuestra sociedad lo impedirían. Al que diseñó el uniforme masculino lo tacharían de FACHA, y
al que diseñó el femenino de hortera... por no hablar del traje de flamenca... Y ahí es donde voy: si la Expo se
celebrara hoy, a buen seguro que muchas de las cosas que durante SIGLOS nos han
representado serían obviadas con el argumento tan pobre de que eso es de “circo
y pandereta”, que tenemos que evolucionar, que no hay que anclarse en el pasado,
que hay que progresar… hasta el pobre Curro no se llamaría así, porque no es un
nombre “modernito”.
Con esto quiero hacer un llamamiento a lo que es nuestro. Si
Sevilla es tierra de toros, Feria de Abril y Semana Santa, pues ole nosotros y
aprovechemos con sentido común ese filón que durante SIGLOS nos han
identificado. ¿Acaso algún pamplonica se plantea dejar atrás por “antigua” la
fiesta de San Fermín? ¿Conoce alguien a algún valenciano que critique las
Fallas? Yo conozco a muchos sevillanos que despotrican de lo que, les guste o
no, mantiene económicamente a ésta ciudad.
Lo nuestro siempre ha sido eso, pero no hay que dejarse
llevar a engaños: podemos ser perfectamente modernos y progresistas sin olvidar
nuestras raíces. Guste o no, somos la tierra de todo lo nombrado anteriormente,
y eso, lejos de llevarnos a indignación, debe de hacernos sentir orgullosos de
ser SEVILLANOS, ANDALUCES Y ESPAÑOLES.
Fotos extraídas de http://www.galeon.com/juliodominguez y http://www.guiadelaradio.com
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