No soy muy seguidor del Pregón de la Semana Santa. Ni me
pongo el pinganillo en la oreja ni suelo comentar algo que no he escuchado…
pero este año era diferente. Confieso que sólo había asistido una única vez al
Maestranza para el Pregón (el año de Enrique Henares… vaya estreno que tuve), y
este año volvía con más ilusión que aquel 2009…
Y culpa de esa ilusión renovada la tenía el Pregonero de
éste año, Francisco Javier Segura
Márquez, Francis para los que tenemos el orgullo de contarnos entre sus amigos.
Mi amigo Francis nos deleitó ayer con una pieza literaria muy de su estilo:
poética, cercana, afable, anecdótica, breve, concisa… y renovada.
Francis Segura aporta al pregón ese soplo de rejuvenecimiento
que le hacía falta a un género que huele a la casposa naftalina de la ranciedad
sevillana. Francis fue capaz de llenar de vida un texto que se apolillaba año
tras año, y que solo conectaba con esa parte de la ciudad que se considera
guardiana de la esencia cofrade pura y auténtica. Enarbolando la bandera de la
Juventud, Francis ha puesto el listón tan alto que no le arriendo las ganancias
al Pregonero de 2014.
Tuvo para todo el mundo. Repartió estopa con la elegancia
del que sabe jugar con las palabras con maestría. En la memoria colectiva quedará
su Herodes costalero, el Credo macareno, su infancia baratillera o cómo llegó
hasta el Gran Poder... Hasta Twitter tuvo su lugar en un Pregón impensable
hasta hace tan solo unos años.
Francis tuvo la valentía de hacer una defensa a ultranza de
las Vísperas, de pedir la apertura del Pregón a un aforo más amplio donde todo
el mundo tuviera cabida. Tarareó “Silencio Blanco”, emuló el martillo de Juanma
Cantero y se arrodilló ante el Arzobispo para recibir su bendición antes de
comenzar su exaltación.
Pero si hay algo por lo que siempre recordaré el Pregón de
Francis es porque fue capaz de hablar de nosotros. Muy poco acostumbrados
estamos en Santa Marina a que se nos nombre en el Pregón de Semana Santa. Pero
Francis volvió a romper moldes y mezcló magistralmente la Iglesia dormida del
Sagrado Decreto, al nuevo Papa Francisco I y al Señor de la Resurrección. Me
decía él en las vísperas del Pregón que la Resurrección, “mi hermandad hermana”,
saldría muy bien parada del Pregón. Superó con creces mis expectativas.
En la mañana del día que la Virgen de la Aurora sube a su
paso, Francis Segura subió al Olimpo de los Pregoneros, donde quedan en la
memoria los textos de Rodríguez Buzón o Caro Romero. Vaya desde estas líneas mi más sincera
enhorabuena.
Lo mismo que en el Decreto
la Iglesia estaba dormida,
desconcertada y vencida
tras desvelarse el secreto.
Siendo la renuncia un reto
de toda la cristiandad,
se me impuso la verdad
encima de la flaqueza.
Con esa humana entereza
nos pidió: Resucitad.
No le echó a la sepultura
una losa más pesada,
ni abandonó allí enrollada
su mortaja de blancura.
Alzó la voz bien segura
sin que el pulso le temblara.
No hizo falta que aclarara
las causas que le movieron.
Sólo sé que nos pidieron
que Jesús resucitara.
Y con él, la propia Iglesia
que renovada consigue,
que sea la luz del Domingo
y esa Aurora la que brille.
Que no vacilen sus pasos
y los cristianos confíen,
y que siga siendo el norte
nuestro Romano Pontífice.
El Papa Francisco viene
con el blancor de lo humilde,
para curar las heridas,
viene a que se estigmaticen
con San Francisco de Asís,
las heridas infelices.
¿Qué no es tan joven? ¡No
importa!
lo que importa es que nos guíe,
por la senda de la fe,
y que hacia Cristo encaminen
su vocación y destino
los que perdidos se miren,
desafiando las brumas
de la noche y sus matices
cual rompe la madrugada
tu lasaliano desfile.
¿Mencionarte en el atril?
Hay que mirar qué nos pide
con cada acontecimiento
el Señor de los que viven.
Hoy la Iglesia necesita
velar, velar, sin rendirse.
Despierta, Iglesia Dormida,
será mejor que espabiles.
Benedicto XVI
La Iglesia es de Cristo dice.
Del Cristo que por Sevilla,
va arrancando los repiques,
de la Giralda a San Pedro,
torres con ansia de abriles.
¡Cristo sale del sepulcro
en estos tiempos difíciles!
¡Cristo no se ha echado atrás!
No renuncies, no vaciles,
demuestra que con más fuerza
estás dispuesta a seguirle.
Despierta, Iglesia dormida,
deja el letargo en que vives.
¡Cuántas oportunidades
de florecer te persiguen!
¡De vuelta por San Luis,
como quien no quiere irse,
viene ya el Resucitado
resucitando invencible!
Azul, como azul Aurora,
blanco como los jazmines!
¡Un cónclave de tres días
año tras año repite!
¡Despierta, Iglesia dormida!
¡Él te busca y te bendice
con un Pascua de Gloria
para que tú resucites!
Fotos extraídas de ABC de Sevilla y El Mundo
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