Hace un rato que acabo de llegar a casa después de haber
participado corporativamente con mi Hermandad de la Resurrección en la salida
extraordinaria de la Patrona con motivo del año de la Fe, y me vengo de la
Catedral muy triste.
Triste por el enorme fracaso que ha supuesto dicha
procesión. Las comparaciones son odiosas, pero cualquier 15 de agosto (incluso el de menos asistencia) gana y por
goleada a este insulso 11 de mayo. Calles desangeladas, poco público asistente,
escasa repercusión mediática, poca implicación desde Palacio,… son algunas de
las causas que pueden justificar semejante batacazo.
Y todo porque nuestro Mitrado aún no ha sido capaz de
entender la religiosidad popular de Sevilla. Hay quién dirá que es la música y
el cherotachero la que atrae a la gente
a los pasos, pero no creo que la Virgen de los Reyes tenga cabida precisamente dicha
afirmación. Entonces, ¿Qué ha ocurrido para que haya en las calles un poco de
más gente que cualquier Domingo de Resurrección a esa misma hora?
A mi humilde entender, lo primero y principal es la fecha y
la hora. No sé quién habrá asesorado a Palacio, pero poner una procesión de
ésta índole un sábado por la mañana, en medio de mayo, es un claro ejemplo de
desconocimiento total de lo que se tiene entre manos. La devoción de la Patrona
está muy extendida en la provincia, y se ha echado en falta esos grupos de devotos
que a pie recorren los caminos del Aljarafe, los Alcores o la Campiña hasta la
Catedral. Y eso se debe, Eminencia, a que esas personas TRABAJAN (todo un
privilegio en estos tiempos), y tal y como están las cosas, no pueden cerrar su
negocio un día LABORABLE.
El mismo Arzobispo sentenció ésta celebración cambiándola de
fecha a pocos días vista de su primitiva cita. ¿Acaso la agenda de nuestro
prelado no está cuadrada con la antelación suficiente para que no ocurran cosas
como estas? Y ya si hablamos del cartelito anunciador...
Sinceramente, creo que Asenjo es un caso perdido. No ha sido
capaz de integrarse en la religiosidad popular sevillana. Ha querido quitarle a
nuestra religiosidad lo que llaman por ahí “folclore”, queriendo castellanizar
(o mejor dicho, roucovarelizar)
nuestras tradiciones. Lo de hoy era más propio de un evento de las diócesis
madrileñas que de Sevilla. ¿Por qué nos empeñamos en demonizar aquellos
aspectos que nos han hecho característicos a lo largo de siglos? Ahora todo
paso a la calle está mal visto (y ya si va con música para qué hablar).
Lo mejor que puede pasarle a este Año de la Fe es que pase
pronto. En Sevilla se recordará como un gran fracaso estrepitoso, mientras que
otras ciudades andaluzas han estado a la altura. Y todo porque tenemos una
clase de dirigentes cofrades nefasta, tanto en San Gregorio como en la Plaza
Virgen de los Reyes.
Los extremos están cada vez más alejados, y yo me hago una
reflexión muy peliaguda y que por ella puede tachárseme de todo: si el pueblo
llega más y mejor a Dios a través de imágenes en lugar del culto al Santísimo…
¿no habría que replantearse muchas cosas? El modelo devocional que usa la
Iglesia para llegar a la gente está caduco, y a las pruebas me remito. ¿habrá
llegado el momento de pensar en otras cosas…?
Ahí lo dejo...
Fotos extraídas de www.diariodesevilla.es y www.elcorreoweb.es
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