Aunque cada vez comenzamos antes (señal inequívoca de lo impacientes que somos y de lo mucho que deseamos que llegues), es a partir de ahora cuando todo se acelera. Es precisamente desde hoy cuando las vísperas hacen gala de su nombre, y la espera se mide en los domingos que faltan hasta el de Ramos.
Es la época de via crucis, de altares de ceras ardientes, de
vírgenes de hebrea y de casas de hermandad… pero también es el tiempo de las
torrijas y las espinacas, de las túnicas colgando de los armarios y de los
costales planchados, de las noches de montaje de pasos y de fundición… por fin
llegó lo que todos esperamos.
Ya es Miércoles de Ceniza. Comenzamos hoy lo que termina en
Santa Marina cada mediodía del Domingo de Resurrección. Disfrutemos de las
vísperas. Paladeémoslas. Saboreémoslas. Acariciemos con las manos lo que se nos
escapará cuando nos hayamos dado cuenta. Cuarenta días con sus cuarenta noches
para ver nazarenos blancos en el Porvenir, pero también para verlos en
Torreblanca, San José Obrero o Palmete.
Llegaste, querida Cuaresma, cuando más faltas nos hacías.
Por fin estas con nosotros. Tarda mucho en irte, no tengas prisa en marchar.
Bienvenida a tu casa un año más. Bienvenida a Sevilla.
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