Retomando aquellas tradiciones de engalanar las casas al paso de la Esperanza, mi barrio saca mantones y flores de papel para la Macarena. Y sí, esto se ha hecho TODA LA VIDA DE DIOS EN SEVILLA. Pero claro, ahora gracias al neomisticismo reinante, todo es cateto, chabacano y pueblerino.
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