El Domingo de Laetare está marcado en rojo en la calle San Luis. Desde bien temprano, Sus pies se van llenando de amor que le profesa su barrio en forma de besos. Miradas de niños, jóvenes y mayores que buscan consuelo en sus ojos, fuerza en sus llagas y fe en su mirada. No hay grandes masas pero si un chorreíto constante de personas que vienen a buscar el sentido de la Cristiandad. Mejor así. El caso es que el cuarto domingo de Cuaresma, Jesús Resucitado baja de su altar para su Solemne Besapiés.
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