No estamos quizás acostumbrados a que el máximo mandatario
de la Iglesia dé muestras de acercamiento a la realidad. Por desgracia, nos
hemos acostumbrado a ver al representante de Dios en la tierra como una imagen del
pasado, no ya solo por el contenido de sus mensajes, sino por todo lo que le rodea
… Pero ésta tendencia parece que por fin está cambiando.
Los que me conocen alguna vez me habrán escuchado decir que cada vez creo más en Dios, y menos en la
Iglesia. También me habrán oído decir que para mí existen dos tipos de Iglesia: la minoritaria (formada por la curia y
toda su parafernalia), y la mayoritaria (compuesta por gente humilde que
trabaja por los demás. Con la primera no me siento identificado, ya que son
de todo menos ejemplo de Cristo: obispos que viajan en lujosos coches, que se
hacen trajes a medidas o tienen reuniones en modernísimas instalaciones. De la
segunda es de la que realmente me siento orgulloso: hombres (sacerdotes o no) y
mujeres que trabajan con los más pobres y humildes en cualquier rincón del
planeta, sin distinguir siquiera raza o religión… Y en esa línea, con los que
menos tienen, ahí está nuestro Papa Francisco.
Él es el Papa de la humildad, y nada más ser proclamado
Sucesor de Pedro comenzó a dar muestras de ello. Renunció a la Cruz de oro, se
subió al autobús con el resto de cardenales y pagó la estancia de su bolsillo.
Nada de tronos de oro dorado ni Martinellis rojos a medida. El papamovil al
garaje para conducir él mismo un Ford Focus (tengo el mismo coche que el
Papa!!!).
Estos pequeños detalles que desconciertan a la seguridad del
Vaticano son los que hacen que miles de ovejas separadas del rebaño estén
acercándose de nuevo al seno del catolicismo. Bergoglio está dispuesto a hacer
una limpieza total, acabar con privilegios y prebendas y volver al espíritu
humilde del Pescador. La empresa ni es fácil ni corta. Puede tardar años, y
quizás mucho de lo que tiene en mente no pueda llevarlo a cabo, pero los pasos
dados hasta ahora son muy significativos. Está dispuesto incluso a tocar temas
sensibles en los que la Iglesia tiene una actitud totalmente retrógrada
mantenida durante siglos por el Vaticano, lo que ha hecho que miles de
católicos se sientan desengañados por los que se suponen deben dar ejemplo del
mensaje de Cristo…
Pero no debemos dejarnos llevar ni por las prisas y crearnos
falsas expectativas. La Iglesia es una institución milenaria de gran poder, y
cualquier decisión que se tome tiene repercusión mundial. Es precisamente su
dilatada trayectoria y su anquilosamiento ancestral lo que lastra su
progresión. Hay quien aprovechará el momento para presentarnos a Francisco I
como un revolucionario que removerá los cimientos de la Iglesia, incluso
atribuyéndole ideologías políticas… cuando la única ideología de un cristiano
es ayudar y amar al prójimo (no caben por tanto ni derechas ni izquierdas ni
centros).
Francisco pondrá orden en temas delicados , y lo hará como
hay que hacerlo: desde dentro. Y lo primero que va a hacer es limpieza en la
Curia Vaticana. Se le acabó el cuento a cardenales que mas que príncipes de la
Iglesia son empresarios. Y con esto Francisco me ha ganado del todo.
Santo Padre, he aquí un ferviente creyente en Dios nuestro
Señor, en Jesucristo su Hijo y en su bendita Madre la Virgen. Siga en ese
camino emprendido. Detrás suya hay millones de seres humanos (religiosos o no)
que le apoyan y que le seguirán. Prosiga la labor reformista de Juan Pablo II y
haga lo que tenga que hacer para que cuando recemos esa parte del Credo que dice
Creo en la Iglesia, que es una Santa,
Apostólica y Romana lo hagamos con plena convicción y no por mera
tradición.
Fotos obtenidas de www.revistaecclesia.com, www.revistagq.com, www.laopinion.com y www.nacion.com
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