Ayer por la mañana recibí una llamada de esas que uno anhela
pero que nunca espera recibir. No os engañaré si digo que me sorprendió, puesto
que el hecho de que te llamen es de esas cosas que solo pasan una vez en la
vida. Casi nadie sabe que hace tiempo eché los papeles
para una beca. Esa beca me llevará a trabajar en un entorno histórico y
haciendo lo que más me gusta. Una beca que me apartará seis meses de la ciudad
en la que vivo.
Me emociona sobre todo las prácticas finales, que serán
desarrolladas en San Pedro del Vaticano. Allí tendré que superar varias
pruebas, tales como montar un quinario contra reloj, fundir un palio a oscuras
o vestir a un San Juan con los ojos
vendados. Si todo va bien, en la ceremonia final, Paolo Di Condumio, Prioste
Perpetuo y Honorario del Vaticano, nos hará entrega del diploma que nos
acredita como Doctores en Teoría Priostil en presencia del mismo Papa.
Me hace mucha ilusión, tanto que me voy mañana domingo 29 de
abri. A las 21 cojo el C2 en la Macarena y me deja en las mismas murallas del Vaticano.
Un fuerte abrazo y os cuento a la vuelta.
Venga a ustedes!!!
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