Una vez que
han transcurrido unas horas, y ahora que Baltasar y compañía regresan a Oriente
después de una noche de ilusión, quisiera compartir con vosotros una reflexión
de lo que sin duda ha sido la noticia cofrade de éste principio de año.
De todos es
sabido que Santa Marina sufrió un pequeño incendio provocado en la noche del 4
de enero. Horas de mucha tensión e incertidumbre vividas por mis hermanos de la
Resurrección que trajeron a nuestra memoria otras ocasiones en las que nuestra
iglesia fue pasto de las llamas.
Hasta ahora
no he querido pronunciarme sobre el asunto ni sobre sus posibles autores, pero
si quiero dejar claro que estos son unos auténticos hijos de puta y unos
INCULTOS. Y esto precisamente hace que me preocupe seriamente del destino hacia
donde va nuestra sociedad.
Aunque
muchos lo piensan, no creo para nada que la situación guarde similitudes con
1936 (al menos de momento). El problema es la incultura que nos han inculcado a
las nuevas generaciones. Los gobiernos de éste país, sean del color que sean,
han fracasado en sus planes formativos. Y de aquellos polvos vienen estos
lodos.
¿Cuántas
veces han salido en la tele niñatos patillosos o con la cabeza rapada anhelando
a dictadores y épocas no vividas por ellos? ¿Cuántas veces hemos visto
manifestaciones en las que conviven tan ricamente banderas tricolor, de la CNT
o de UGT sin saber sus portadores que precisamente estos son sindicatos fueron
azotes de la II República? Lo pasmoso es como hay personas (preocupantemente
jóvenes de no menos de 30 años) que intentan imponer a ultranza ideas que han
adquirido y no aprendido.
Tengo muchos
ateos, agnósticos, anticapillitas, comunistas, anarquistas… pero de los de
verdad. De los que aunque no creen ni en Dios ni en la Iglesia, no salen de
nazareno ni asisten a cultos, pero son conscientes del incalculable valor
patrimonial de nuestras iglesias, santos y Semana Santa en general, así como de
la tremenda labor social que hacemos. Y esa es la diferencia entre las personas
de izquierda y los analfabetos quemaiglesias.
De esto la
culpa finalmente la tienen nuestros políticos, que desde hace décadas no han
sido capaces de anteponer el bien colectivo a sus intereses, manipulando algo tan
básico e importantísimo como lo es la educación de un pueblo. Eso por no
mencionar las nefastas leyes elaboradas por ellos mismos, que permiten que
personajes como los que han agredido a Santa Marina no tengan el castigo que
realmente se merecen…. O que asesinos se sienten a dar una rueda de prensa…
Mientras
tanto, el resto de personas de bien a trabajar para resarcir el daño causado
por estos impresentables… y nuestros políticos haciéndose la foto pasándonos la
manita por el lomo…
1 comentario:
Buenas tardes amigo David.
No suelo escribir en ningún tipo de blog, para eso ya doy bastante la lata en el mío, pero como tengo grandes amigos en la querida Hermandad de la Resurrección lamento lo sucedido y te digo que lo mejor es no darle más publicidad a lo sucedido que han hecho esos hijos de puta y a partir de aquí, que toméis todas las precauciones posibles y no vuelvan a suceder nunca más un suceso así.
Un abrazo vuestro amigo el Farola.
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