Via Crucis de la Fe... ¿para qué?

A mediados de octubre se hacía público el programa de actos y cultos que con motivo del Año de la Fe había preparado la Archidiócesis de Sevilla. Del extenso calendario, lo más llamativo sin duda fue ese Via Crucis a la Castellana: catorce pasos dispuestos en fila para el rezo del piadoso ejercicio. De aquella idea inicial que surgiera en el mes del Rosario poco queda, ya que los múltiples inconvenientes surgidos en todo éste tiempo han ido alterando las estimaciones iniciales.

 

 

Este Via Crucis, es como todo lo que hacemos en Sevilla: excelentes ideas, pésima ejecución final. Conste que soy muy partidario de éste tipo de cosas, pero hay aspectos de dicha idea que hacen aguas por cualquier sitio:

El primero y más desconcertante sin duda es la actitud del Arzobispado: han pasado de no permitir salidas extraordinarias a sacarse de la manga la mayor extraordinaria de la historia de Sevilla. ¿Es de sabios rectificar? Ojalá fuera así, pero más bien que desde Virgen de los Reyes han pensado aquello de que si no puedes con el enemigo…

En segundo lugar, es curioso, y casi se ha pasado de puntillas sobre el tema, pero… si se celebra el Año de la Fe… ¿por qué el motivo central, pilar básico e indiscutible de nuestras creencias religiosas, no está representado? En un “ejercicio de modernidad”, se optó  por el rezo del Via Crucis de Juan Pablo II, a cuya finalización Y A MODO DE REFLEXIÓN FINAL (QUE NO ESTACIÓN como tal) se incluye la Resurrección de Cristo. Ejemplos claros de Via Crucis culminados de Jesús Resucitado lo tenemos en Jaén o hasta en la misma provincia de Sevilla… pero aquí preferimos seguir celebrando más la muerte que la Resurrección de Cristo… Preferimos meter con calzador una Dolorosa al fundamento sobre el que se cimenta nuestra Fe…

Por otro lado está la elección de las imágenes de las Estaciones. Aplaudo el escoger a Los Gitanos y Santo Entierro (buena forma de devolverle lo que la meteorología les quitó), San Esteban (le viene bien a ésta Hermandad este premio después de unos años tan convulsos) , pero sobre todo Torreblanca (ya no por el agravio de la Cuaresma pasada, sino porque por primera vez, se hace justicia con los humildes)… Pero en el otro extremo sitúo a los misterios metidos con calzador: ¿cómo es posible que la octava estación “Jesús es ayudado por el Cirineo” sea representada por una Hermandad que NO lleva a Simón de Cirene en el paso de Cristo? ¿Cómo es posible que la estación en la que Jesús es crucificado sea representada por el Señor de las Penas de la Estrella?

 

Y ya por último, el hilarante tema de la seguridad. ¿Tanto trabajo hubiera costado sentar en una misma mesa desde el minuto 1 a todos los colectivos encargados de organizar el dispositivo? El colmo de los colmos es acotar la Avenida. Si el Via Crucis se hace para realzar la fe de un pueblo, y a éste pueblo, en un determinado momento se le va cerrar el acceso al recorrido del Via Crucis… ¿para que sirve entonces toda ésta parafernalia?

Definitivamente, este Via Crucis es un despropósito. Esto se hubiera celebrado perfectamente con un Santo Entierro magno (que es la tradición sevillana, no un invento roucovarelense). Para mí, lo mejor sin duda alguna es poder vivir de cerca la ilusión de la Hermandad de los Dolores de Torreblanca, que sin duda, creo que son los justísimos merecedores de éste premio, y nada más que por eso, vale la pena todo este circo montando por Asenjo y cía…

Fotos extraídas de ABC de Sevilla y rincondelcostalmontillano.blogspot.com