Éste Martes Santo ha sido muy diferente al resto. Éste año dejé atrás mi querida Sevilla para vivir ésta pasión por la trabajadera desde una óptica (y una localidad) diferente. Gracias a José Luis Álvarez Gaitica (a cuyo equipo tengo el gusto de pertenecer), a su gente (Bota, Miguel y Paco) y a la cuadrilla de costalerAs de la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos de Puente Genil, aprendí una lección de costalería y de humanidad que ya me gustaría que muchos compañeros de trabajaderas conociesen... y quizás entonces valoraríamos más algo tan cotidiano y normal como un relevo...
2 comentarios:
Gracias por todo todavia se tienen que mejorar muchas cosas se hizo lo que se pudoo..enormemente me yega al corazon cada palabra de uno de vosotrs a 364 dias para volver a estar bajo mi palio..orgullo de sentirme costalera inexplicable
que me alegro de verdad que tuvieriais un magnifico dia para disfrutar de ser los ojos y pies de la madre de dios.
Javi franco
Publicar un comentario