En mi mes de mayo particular, dos fechas están muy señaladas
en rojo. Las dos consecutivas, las dos son aniversarios. Como todo lo bueno,
hay que esperar hasta el final para que llegue. De una, hace 27 años, de la
otra, 48. La primera es un nacimiento, la segunda no lo es, pero es como si lo
fuera. Las dos muy vinculadas a mí…
Cada 30 de mayo, me pongo detrás de una tarta y soplo las
velas (que este año ya eran 27… va uno para viejo)… pero mejor es la del día
siguiente… Y es que tan solo 24 horas después de celebrar mi nacimiento, todos
aquellos a los que nos corre la sangre verde Esperanza (Macarena por supuesto)
conmemoramos que aquella tarde calurosa del 31 de mayo de 1964, la bella moza
de San Gil fue coronada por oro de los ángeles.
Y es que hace ya 48 años (tan solo dos faltan para un
cincuentenario que debe ser como mínimo apoteósico) que Sevilla le puso en su
cabeza todo el amor, el cariño, la fe y la devoción que le tiene a la que es Tabernáculo
de Dios y Puerta de Cielo. Porque la Macarena es tan de Sevilla como la misma
Giralda o el Guadalquivir…
Siempre en mi familia, velando por nosotros. Aunque la
devoción de mi casa habita en Santa Marina, desde hace muchos años un cuadro de Ella,
vestida con el manto de la Coronación y su corona de Joyería Reyes, cuelga en
el pasillo de mi casa… y no hay cajón o libreta en la que no haya una estampa
de la Macarena.
Hoy debemos sentirnos orgullosos. Si somos hijos de Dios, es
porque el camino hacia el es mas fácil teniendo a la Macarena con nosotros.
Ella es la flor mas perfumada del jardín de Sevilla, la Reina de las puertas de
la ciudad y la bella perla de San Gil. Por todo lo que eres y por lo que representas para tus hijos
macarenos, en el día del XLVIII aniversario de tu Coronación canónica…
FELICIDADES MADRE DE ESPERANZA!!!
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