Tras descargar tensiones en el paint-ball, comenzaba una despedida de soltero "de sevillanas maneras". Y qué mejor que comenzar con un almuerzo en el Rinconcillo, donde le hicimos entrega de un regalo de parte de todos (una magnífico reloj) y donde nuestro inigualable Juaky nos dió las camisetas conmemorativas del evento. Psteriormente, vino la primera de las copas largas en las Setas de la Encarnación...
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